13 de junio de 2010

El estadio sonoro

Empezó a rodar la pelotita mundialista y todos festejamos cada gol como si fuera nuestro. Sudáfrica abrió su mundial empatando a 1 con la selección de los charros, luego Francia y Uruguay decepcionaron al brindar un pobre empate sin goles. Por el grupo B Corea del Sur doblegó a Grecia 2-0, mientras que a la Argentina de Maradona le bastó un gol de Heinze para conseguir sus tres primeros puntos ante las "Águilas Verdes" de Nigeria.

Grupo C, Inglaterra no pudo con los EE.UU y cedió dos puntos gracias a un 'blooper' de su guardameta Green, el mismo que todo inglés desea linchar. Eslovenia sorprende al tomar el primer lugar del grupo al vencer al pequeño cuadro de Argelia. Alemania hizo de las suyas en el grupo D y bailó a Australia 4-0 y, sin despeinarse, apunta a grandes cosas; antes Ghana se llevó los tres primeros puntos del grupo al vencer, de penal, al debutante (luego de separarse de Montenegro) equipo de Serbia.

Salvo el fiasco entre galos y charrúas, todo va bien en Sudáfrica. Pero lo curioso no lo protagonizan ni jugadores, técnicos o el balón Jabulani, sino unas peculiares cornetas de plástico llamadas vuvuzelas que ensordecen con sus casi 130 decibeles. Su sonido se asemeja al de un numeroso y furioso enjambre. Se declaró este ruidoso objeto como el símbolo de este mundial, pero cierto es que, jugadores y técnicos, se quejan y piden que se prohiba el ingreso de esta.

Los que estamos frente al televisor ya nos acostumbramos al sonido. Es más, diría que me gusta, porque le pone algo especial a las transmisiones; pero no quisiera estar en los zapatos de los que soportan día a día toda esta cuestión. Provecho para ellos y que continúe el mundial al ritmo de las vuvuzelas.

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